Las llamas devoran la última planta de un edificio de Santander

Pasadas las doce del mediodía, los bomberos de Santander consiguieron sofocar un aparatoso incendio que se había declarado dos horas antes en la última planta de un antiguo edificio situado al principio del Paseo Menéndez Pelayo, el número 5, en su confluencia con la calle Valliciergo, y que devoró la buhardilla y los trasteros ubicados en esta zona del inmueble. No hubo que lamentar daños personales, pero sí cuantiosos daños materiales: la única vivienda de la cuarta y última planta ha quedado calcinada y varios de los trasteros contiguos han terminado muy dañados. Además, el incendio ha generado una densa humareda y olor a quemado por toda la zona. Los bomberos tuvieron que desalojar, por precaución, a cuatro vecinos de los pisos inferiores, ya que las llamas y el humo fueron tomando proporciones mucho mayores debido a la estructura de madera del edificio y el fuerte viento reinante, que dificultaron el trabajo de los bomberos.

Aún se desconocen los motivos que originaron las llamas en la buhardilla, ya que su inquilino, que vive en régimen de alquiler, se encontraba en ese momento trabajando en Cabárceno y en la vivienda sólo se hallaban sus dos perros, que fueron sacados de la misma por los bomberos. El incendio se originó en la terraza de la buhardilla y se extendió hacia la tela asfáltica del tejado. De allí se propagó hacia los trasteros.

En un principio, y cuando las llamas aún estaban altas, los bomberos las han atacado subidos a la autoescala. Después, varios profesionales han saltado a la terraza de la buhardilla para seguir con la extinción cara a cara con el humo, rompiendo con picos las paredes quemadas para evitar que cayeran cascotes e introduciéndose en la zona más afectada por el fuego, tal y como se puede ver en las imágenes.

Hasta el lugar acudieron ambulancias del 061 y varias dotaciones del Cuerpo de Bomberos de Santander (dos camiones y dos autoescalas) y de la Policía Local y Nacional, que cortaron el tráfico y acordonaron la zona. Numerosos curiosos se arremolinaron en la zona, debido a la espectacularidad del siniestro, en pleno centro de Santander.